2202 - La llave de oro
No me acerqué a tu umbral a conocerte,
que ya de tiempo atrás te conocía;
vine como quien piensa todavía
que el amor es aval contra la muerte.
Vine inseguro, como si tenerte
para mí fuera fantasmagoría;
pero di espaldas a la cobardía,
reafirmé mi intención y me hice fuerte.
Pretendí descubrir la llave de oro
de esos sueños de miel que tanto añoro,
y vivirlos al fin, ya en el ocaso
Me trasladaste al cénit de la gloria,
se marchitó el laurel de la victoria,
y hoy germina la ortiga del fracaso.
Loa Angeles, 17 de septiembre de 2009