2207 - Sombra
La tarde era una lámpara encendida
en la calleja gris, adoquinada;
y era una sombra errática, alargada,
y un estupor de amarga despedida.
Era la tarde golondrina herida,
latido leve y ala mutilada,
canción que fue, mas no será cantada,
fuente en que el agua se quedó dormida.
Avanzaba la sombra, pieza a pieza,
dando tumbos, borracha de tristeza,
sin saber, ni importarle, el paradero.
Era la tarde espectro despoblado
de cuerpo y alma, y en cada tejado
besos muertos colgaban del alero.
Los Angeles, 18 de septiembre de 2009