2239 - Recluído
Me encuentro inmóvil, ciego peregrino
confinado al albergue que debiera
ser pausa de una noche y a la espera
de reanudar al alba su camino.
Nacerá la mañana; habrá un genuino
conato de partida en la frontera
del querer y el poder, mas nada afuera
motivará un arranque repentino.
El día será gris, tal vez lluvioso,
idéntico paisaje nebuloso
que subvierte mi espíritu y lo quiebra.
Siniestra adversidad que inmoviliza
las audacias del alma, y en ceniza
trasforma el fuego que el amor celebra.
Los Angeles, 28 de octubre de 2009