2365 - Quisiera, quiero
Quisiera, quiero, compartir contigo
no ya mi regocijo y mi ventura,
sino cada ansiedad, cada amargura,
que en mi rastrojo, a mi pesar, espigo;
cuanto me agrieta el alma y no prodigo
sobre tu placidez o tu locura,
por temor a turbar la arquitectura
de este amor que construyo, a que me obligo.
Pero no hacerlo es denegarte el fuero
de hacer tuyo mi auténtico sendero,
adentrándose en mí sin restricciones.
Hazte dueña de mi íntima congoja,
que quien al fondo de mi afán se aloja
subyugará mis propias emociones.
Cantabria, 11 de mayo de 2010