2401 - Son del ayer
Extrañar el pasado, la belleza
que desató temblores en el pecho,
convulsión en la mente, o en el lecho,
con su voracidad, con su destreza.
Añorar la elegancia que tropieza
en su propio embeleso, que al acecho
de la nueva lisonja mira al techo
mientras se da, y apática bosteza.
Rememorar la ninfa que, desnuda,
sólo habla por su piel, tan sordomuda
que nada altera su cerebro oscuro.
¿Por qué desenterrar tales visiones?
Son del ayer, y hay múltiples razones
por las que no han pasado a tu futuro.
Los Angeles, 24 de junio de 2010