2436 - Dentro de mí
No bajo ya a mi fondo, está desierto;
ni es emporio ni caja de sorpresas,
ni permanecen en su archivo impresas
las viejas huellas del amor que ha muerto.
Todo cadáver se hunde, a mar abierto,
o en tumbas, ya de parias, ya burguesas,
y al fin, de su miseria o sus empresas,
no quedará sino un recuerdo incierto.
Mi recuerdo ahí está, desnivelado.
Cuanto en laurel y rosas fue logrado,
parece asolación tras la borrasca.
Como las vi quisiera ver las cosas,
fresco el laurel, espléndidas las rosas,
mas sólo hay un revuelo de hojarasca.
Los Angeles, 16 de agosto de 2010