2465 - La luz y yo
La luz entró, y entré, por tu ventana.
La luz te vio, y te vi, sola en el lecho.
Avanzaba la luz, nunca al acecho,
me adelanté. Qué espléndida mañana.
Era la luz extensa caravana,
paso a paso en tu piel, y mi derecho
seguir su ruta, a lo ancho y a lo estrecho,
por cada cuenca explícita o arcana.
Ah, la complicidad resplandeciente
de la luz y mi afán sobre el yacente
carnaval de tu vértigo y mi audacia.
Media mañana fue, conspiradora
con la luz y conmigo, y a deshora,
cuando te amé otra vez, llena de gracia.
Los Angeles, 28 de septiembre de 2010