2486 - Tiempo inmóvil
Ya no hay, sin ti, reloj ni calendario;
queda inmóvil el tiempo, golondrina
de cercenadas alas, en la esquina
desierta y gris del día rutinario.
El mar, mi amigo el mar, canta un glosario
de nombres olvidados, me conmina
a evocación de fechas, y se obstina,
si no en resurrección, en inventario.
¿A qué fin reencarnar lo que está muerto?
Sólo una vida tengo, aunque no acierto
a aceptarla como es, tan media vida.
Tan vida a medias que ni va ni viene,
como el tiempo sin ti, que se detiene,
que quisiera olvidar, pero no olvida.
Los Angeles, 28 de octubre de 2010