2503 - Condenado
Confuso despertar, tras haber muerto.
Ausentes ya los rostros conocidos,
en torno a ti se agolpan los olvidos,
acosando tu mente al descubierto.
Remotas sombras de perfil incierto,
vagas firmas de oscuros apellidos,
juramentos en textos desvaídos,
surgen de tu conciencia a campo abierto.
Te acusan, y el rencor de sus protestas
exige conclusiones y respuestas
que no serás capaz de argumentar.
Ya es tarde, eternamente condenado
a escuchar el lamento desgarrado
que en vida te negaste a amortiguar.
Los Angeles, 11 de noviembre de 2010