2514 - Llámeme el tedio
Llámeme el tedio; que su lengua acceda,
silenciosa, al recodo más oscuro,
donde se muere el tiempo, sin futuro,
donde el recuerdo es pálida humareda.
Sorpréndame desnudo en la vereda
por donde sin destino me aventuro,
y al percibir mi espíritu inseguro
a mi inmediata posesión proceda.
Cansado estoy de improvisar recursos,
trenzar poemas, pronunciar discursos
que nadie advierte, o si lo ve, lo ignora.
Venga la paz opaca de los muertos,
esa inmovilidad que a los despiertos
al mundo de las sombras incorpora.
Los Angeles, 24 de noviembre de 2010