2527 - Dánae
Torre prisión, tan solitaria y fría,
que el pánico de un padre construyera…
Ah, el necio oráculo, la fe agorera
que gobierna por fe de profecía.
Y este sexo que grita en rebeldía,
pero que nadie escucha, y esta espera
en el milagro tibio que acelera
mi pulso y mis latidos, día a día.
¿Y esta lluvia dorada que desciende
sobre mí, rociándome, y me enciende
como una llama viva de humedad?
¿Esta lluvia, empapándome los senos,
fluyendo entre los muslos, y esos truenos,
y esta invasión de mi honda intimidad?
Los Angeles, 13 de diciembre de 2010