2558 - Adherencia
Abolida ha quedado la distancia
de tu confín al mío; no hay frontera
trazada entre los dos; toda tú entera
a mi alcance en gentil perseverancia.
Derrámate en mi piel. Sé la fragancia
saturada de luz, de primavera,
que me despierta el pulso, y lo acelera,
redoble de tambores en la estancia.
Ungüento que me ablanda y me suaviza
esta mente que tanto me organiza,
esta avasalladora voluntad,
esta carne rebelde que procede
como quien quiere más de lo que puede,
y enhebra tu sentido a mi ansiedad.
Los Angeles, 6 de febrero de 2011