2587 - No hay ermitaño en mí
No sé dónde te he visto, si a mí llegas
entre sueños de lúbricas figuras,
o en las voluptuosas aventuras,
irreverentes, de las diosas griegas.
La multitud desnuda que congregas
en torno tuyo, y que hacia mí conjuras,
tropel de muslos, senos y cinturas,
definen cada forma que me entregas.
¿Tendré en mí al eremita San Antonio,
viniendo tú, arrebatador demonio,
con múltiples propuestas de lujuria?
Débil la voluntad, vivo el deseo,
no hay ermitaño en mí. Ven, que poseo
alma en voracidad y cuerpo en furia.
Los Angeles, 10 de marzo de 2011