2606 - Mis palabras
Se cansan mis palabras. Las manejo
como cualquier entrenador lo haría,
con recia exactitud, con la armonía
requerida en la marcha del cortejo.
Y resisten mis normas. No me quejo
de su individualismo o su energía.
Siempre hay un embrión de rebeldía
en todo ser, ya simple, ya complejo.
Mas su misión es de marcial soldado
marcando el paso, sin mirar de lado,
parte de un todo, estricta disciplina.
Y me faltan a veces al respeto,
rechazando ser parte del soneto,
guerrero que deserta o se amotina.
Los Angeles, 1 de abril de 2011