2627 - Blanco abrazo
En fuego están mis sábanas; me abraso
en su vivo paréntesis de llama.
Dentro de mí una voz, gimiendo, clama
por volver a colmar de vino el vaso.
Del vino tan añejo, tan escaso,
que pocos reconocen, pues no se ama
de verdad si quien bebe lo derrama,
o si quien brinda sólo va de paso.
Ni despilfarrador ni peregrino,
vine con el espíritu genuino
de quien busca a tu sombra residencia.
Pero tu sombra se evadió, y yo quedo
en este blanco abrazo en que me enredo,
entre el fuego y la escarcha de tu ausencia.
Los Angeles, 20 de abril de 2011