2629 - Quedóse un tiempo
Llegó y se hizo la luz con su presencia,
poblándoseme el mundo de rumores,
mansa explosión de estrellas y de flores
bajo el velo gentil de mi inocencia.
Quedóse un tiempo, fe y efervescencia,
de violín a redoble de tambores.
Silenciados al fin sus ruiseñores,
me dio el súbito obsequio de la ausencia.
Mi brújula de pronto triturada,
me vi sin norte, el alma confinada
a las lúgubres zonas del olvido.
No extraño a quien robó mi primavera,
extraño a quien imaginé, y no era,
sino perfil de sueño adormecido.
Burgos, 25 de abril de 2011