2634 - No me ves, yo te veo
Por ti hay amanecer, por ti despierto
en sonrisas de espuma cada día;
por ti escucho serena melodía
de violines en mágico concierto.
Dejo mi desnudez al descubierto
de tu mirada, ciega compañía;
no me ves, yo te veo, qué baldía
presencia ambigua que yo solo advierto.
Pero estás. Casi me unzo a tu figura,
yugo común y lúbrica atadura,
rodando el carro de apremiante amor.
Ah, vigor de la mente enamorada,
creadora de mundos en que nada
se realiza, y es todo arrollador.
Cantabria, 3 de mayo de 2011