2688 - Edad
Tiemblan tus ojos al mirar de frente,
sin ser amenazante mi mirada.
¿No ves al fondo luces de alborada?
¿No es mi retina espejo transparente?
Porque te ves en ella, y de repente
ves lo que soy, invitación callada
a desbordar tu júbilo en mi almohada,
acoplamiento, junto a mí yacente.
Acércate. Revélame los sueños
de tus noches despiertas, los diseños
que traza tu fervor para el futuro.
La edad no es el umbral infranqueable
que frena el paso o lo hace inaceptable.
Mírame adolescente…, aunque maduro.
Los Angeles, 26 de julio de 2011