2691 - Preámbulo
Como cuerpo, no más, te conocía,
jarrón de Sèvres en augusta estancia;
y te admiré, clavado en la distancia,
y te soñé, con la melancolía
de quien sólo en trivial alfarería
ha ocupado sus años. Qué abundancia
de trances, y qué absurda irrelevancia
define nuestra opción de cada día.
Al fin mi mano se acercó, lamiendo
curvas, planos y huecos, descubriendo
misterios antes sólo vislumbrados.
Mas esto fue el preámbulo. Más tarde,
bajo la luz que en los arcanos arde,
logré abrir tus más íntimos candados.
Los Angeles, 4 de agosto de 2011