2835 - Llamo a la puerta (II)
A la puerta del alma nunca llamo,
intramuros de mí, donde cautiva
te mantengo, zaguán de expectativa
en que mi ciega aspiración derramo.
Entro sin anunciarme. Me proclamo
tu amante y servidor, y no me esquiva
tu mirada, me induce, me motiva,
parte de la ficción que yo programo.
En tal ubicación me perteneces,
y voluntariamente te me ofreces,
y en alborozo y avidez te acepto.
Ay, mujer, que me amaste ayer y huíste,
sigues estando en mí, pero es tan triste
vivir enamorado de un concepto…
Los Angeles, 8 de diciembre de 2011