2887 - Fiel escudero
Eres la voz callada, arrulladora,
de tácitas palabras, que no advierte
sino quien llega a amarte al conocerte,
y sólo entonces brotará sonora.
Eres tiempo, rodando hora tras hora,
en microscópico reloj, inerte
para quien mira, pero no se vierte
en tu contemplación reveladora.
Observo tus agujas, dirigidas
a números estáticos, que esquivas
en tu marcha incesante por la esfera.
Y no quiero ser cifra inmóvil; quiero
marchar a tu compás, fiel escudero,
tornando en mía propia tu carrera.
Los Angeles, 5 de febrero de 2012