29 - Amor muerto
He visto retornar la primavera,
en el áspero invierno anticipada,
pero no me ha cubierto su llegada
del gozo de que se hace pregonera.
Cuántos meses oscuros, a la espera
permanecí, soñando su alborada,
y ahora, al venir, me deja el alma helada,
y un amargo sabor que desespera.
El rosal que plantaste en mis jardines
no ha visto florecer ninguna rosa,
ni ha sentido volar los ruiseñores.
Lúgubres trompas, no alegres clarines,
rompen el aire en marcha tenebrosa,
llorando al sepultar nuestros amores.
Los Angeles, 1 de septiembre de 1997