3016 - Taras (II)
Tengo, a mis años, nuevo niño en casa,
trastornando mis días su alboroto.
Entre jugar y amaestrar, me agoto,
mas sonrío si a veces se propasa.
Me habla de modo que jamás fracasa
en hacerse entender; ya terremoto,
ya calma beatitud, me miro y floto
en su oscuro mirar de pura brasa.
Hecho para el cariño, de repente,
lame y muerde, gentil, pero insistente,
esperando recíproca atención.
Dulce cachorro, espíritu travieso,
llevas en tu interior el mapa impreso
de la ruta directa al corazón.
Los Angeles, 12 de junio de 2012