3095 - Pereza
Ah, proverbial placer de no hacer nada,
observar sin pensar, sentir fatiga
contemplando el afán de cada hormiga
en su estricta, frenética brigada.
¿Y el persistente canto, en la enramada,
de la gentil cigarra, que prodiga
su tiempo y aptitud, y no mendiga
retribución ni aplauso de la grada?
¿Llamaremos parásitos, o ineptos,
a quienes no se ajustan a conceptos
que nuestro narcisismo haya creado?
Llamad observador al indolente,
tal vez intelectual, pues piensa y siente,
en sus propias ideas concentrado.
Los Angeles, 21 de noviembre de 2012