3143 - Quietud
Flota en el mar, colúmpiate en la altura,
descubre el mundo que la turba ignora,
y en esa paz que todo lo evapora,
piérdete, más allá de tu envoltura.
Se requiere amplia dosis de locura
para escuchar las luces de la aurora
y el silencio, que arrulla hora tras hora
cada idea que al parto se apresura.
La perfecta quietud duerme en el alma,
es mucho más que paz, sosiego o calma,
y sólo al despertarla la adquirimos.
Pero es fugaz. Si bien se nos ofrece,
prontamente de nuevo se adormece.
Dichosos si, aunque poco, la tuvimos.
Los Angeles, 5 de febrero de 2013