3175 - Lamento
No he de colgar mi cítara en la rama
del sauce, renegando de mi canto.
Si el sollozo es caída, me levanto,
si oscuridad, encenderé otra llama.
Si la orfandad del alma me reclama
encierro y abandono, tal vez llanto,
más miro hacia delante, y me agiganto,
canción y verso mi pregón proclama.
El lamento es de temple negativo,
y el canto, por su espíritu festivo,
supera depresión y cobardía.
Si temblara mi voz, será un momento;
pronto, en luz y calor, mi movimiento
se ha de orientar a más brillante día.
Los Angeles, 5 de marzo de 2013