3253 - Pinar
Besa la brisa, pero abraza el viento
las apacibles copas de los pinos,
y a sus diáfanos tactos femeninos
caen las agujas en descenso lento.
Verde y azul en mutuo complemento
de tierra y cielo, y míticos caminos
entre troncos oscuros, peregrinos
hacia tierras de mágico aislamiento.
El pinar, trayectoria y domicilio,
nos hospeda y empuja hacia el exilio,
siendo quizá más ruta que reposo.
Por él voy, me detengo y me apresuro,
beso y abrazo en tenue claroscuro,
dejándome un recuerdo soledoso.
Cantabria, 14 de mayo de 2013