3280 - Partida
Hay muerte en cada adiós definitivo,
cerrojo inevitable de esa puerta
que a promesa y canción estuvo abierta,
mas que hoy torna a un amante en fugitivo;
y al otro amante, sin hogar, cautivo
de un cierto amor que a articular no acierta,
pues una de sus vidas lo deserta,
y aun respirando, no se piensa vivo.
Morimos cada día, pero a veces,
tras apurar la copa hasta las heces,
la muerte que nos llega es más feroz.
Poco a poco quizá resucitamos,
mas rara vez, resueltos, enterramos
plenamente sus gestos y su voz.
Los Angeles, 8 de junio de 2013