3284 - Papel
Toma cuerpo la idea en la cuartilla
a través de mis ojos, de mis dedos,
ya en forma cristalina, o con enredos.
No enrojece el papel, tampoco brilla.
Ni alma tiene ni piel; yace a la orilla
del concepto, ignorando los torpedos
que de la mente surgen, y los miedos
que transforman el sueño en pesadilla.
Ajeno a todo, yace en mi escritorio,
recibiendo, no más, el repertorio
de triunfos o derrotas que me agitan.
Me contempla. Ni asiente ni sonríe;
cadáver es que, aunque se lo atavíe,
no alternará con quienes lo visitan.
Los Angeles, 10 de junio de 2013