3288 - Palabra
Mi caricia verbal, la que te abraza,
que transpone el vallado del atuendo,
por cuyo cauce etéreo me extiendo
hasta tu propia entraña. No hay coraza
que de ella te proteja. Se disfraza
con matices de tono, ya en crescendo,
ya en susurro, o rumor, mas eludiendo
turbulencias de enojo o amenaza.
Su textura es de bálsamo, de seda,
de brisa matinal que se te enreda
en la topografía de la mente.
Y a veces, la palabra silenciosa
te llega en la mirada luminosa
que sólo tú detectas transparente.
Los Angeles, 11 de junio de 2013