334 - Entrañable contacto
Abstenerme podré de la alegría,
autorizando el sueño a mis canciones;
abdicaré de tantas obsesiones
como pululan en mi fantasía.
Sordo he de ser a la íntima armonía
generadora de mis ilusiones;
y aún puedo declinar las inserciones
que a la vez me hacen tuyo y te hacen mía.
Por tí renunciaría a cuanto el mundo
sembró en el sedimento más profundo
de este alma trashumante, libre, infiel.
Mas no prescindiré de la ternura
que envuelve mi figura y tu figura
en desnudo calor de piel a piel.
Los Angeles, 19 de marzo de 2000