3350 - Lascivia
A través de mis ojos te desnudo,
en lenta, clandestina travesura,
que imperceptiblemente se apresura
hasta que a tu perímetro me anudo.
Al pasar, percibiste mi saludo,
en el tono sutil de quien madura
más abierta intención, y en tu figura
siguió elocuente balanceo mudo.
Te llamé. Tras el rápido revuelo
sobre tus hombros del sedoso pelo,
se abrió tu rostro en singular sonrisa.
Percibí en tu mirada la apetencia
que desnuda también, y en tal secuencia
más clarificación no fue precisa.
Los Angeles, 3 de agosto de 2013