3352 - Labranza
Ábreme las entrañas con tu arado,
y entre en ellas la mágica semilla
que me ha de fecundar. Del sol que hoy brilla,
y de la lluvia en gris habré engendrado.
El tallo ha de emerger, aunque arraigado,
con sed de altura y grácil cinturilla,
siguiendo vocación verdiamarilla,
que en la espiga madura habrá logrado.
Mesnada de soldados elegantes,
cuyos penachos de oro, cimbreantes,
ejecutan mareas bajo el viento.
Y al fin, en la batalla de la siega,
sabrán morir, y su residuo llega
al comedor del individuo hambriento.
Los Angeles, 4 de agosto de 2013