3371 - Insomnio
Te sueño en mis insomnios, blando arqueo
de sinuosa piel que se me ofrece;
el alma de la alcoba se estremece
siguiendo nuestro propio balanceo.
Solo estoy, mas estás. Un aleteo
misterioso en tu ausencia permanece.
Estás, aunque no estés, cuando anochece,
y en la sombra te esculpo, te moldeo.
Dormir, siendo quehacer irrelevante,
no seduce la mente del amante,
por perder su dominio sobre el sueño.
En el insomnio yo entretejo el mío,
lo pueblo de ti misma, lo atavío
de tu alba desnudez, y te me adueño.
Los Angeles, 8 de agosto de 2013