3384 - Indagar
Te descubrí en la masa del gentío,
punto incoloro, casi irrelevante,
mas brilló cierta luz en tu semblante,
y me sobrecogió un escalofrío.
Quedó a mis ojos el lugar vacío,
sólo tú, silenciosa caminante
progresando hacia mí, y en tal instante
dejó mi corazón de estar vacío;
mas sin quedar su cántaro colmado.
Para lograrlo acudo a tu costado,
y opto por la invasión, para indagarte.
Te abres a mí; solícito, te exploro;
y en mente, piel y entraña hallo el tesoro
que me impele al fervor de aprisionarte.
Los Angeles, 14 de agosto de 2013