3414 - Galanteo
No tañeré el laúd a tu ventana,
ni entonaré anticuados madrigales,
ambos ardides crónicos rituales
de atávica costumbre cortesana.
Mas llamaré a tu puerta una mañana,
cuando el canto gentil de los zorzales
te llame a soledad, y en los cristales
te invite el sol a que alces la persiana.
Me conoces, te alegra mi llegada
y el tono de la voz enamorada
que te susurra versos aún no escritos.
Vistiendo nada más que tu sonrisa,
me enardeces, y tu alma me improvisa
trova que funde todos mis circuitos.
Los Angeles, 6 de septiembre de 2013