3432 - Entrada
Abre, mujer, la puerta a este mendigo
que arrastra hambre de amor por los senderos.
He sufrido fracasos, desafueros,
desmán de extraño, deserción de amigo.
Y, pese a tanta adversidad, prosigo
tenaz mi itinerario, por calveros,
poblados, páramos, desfiladeros,
que llevo el mundo, al parecer, conmigo.
Mas no es el mundo lo que busco; es algo
que valga, más o menos, lo que valgo,
y se me ofrezca como yo me entrego.
Abre, mujer, la puerta, que no hay nada
mejor, ni más extática posada,
que al fondo de un abrazo, junto al fuego.
Los Angeles, 12 de septiembre de 2013