3445 - Espiga
En el campo abrí el surco y planté el grano;
nunca vi más fecunda sementera.
La gleba lo abrazó, la primavera
lo despertó a la vida en el secano.
Fue elevándose ubérrimo, lozano,
acunado en la brisa viajera,
y al fin se abrió en espiga tempranera,
que se hará, al sazonar, pan castellano.
También abrí tu surco, y mi simiente,
fecundada por ti, fue el inocente
ángel que hoy duerme en paz sobre la cuna.
También un día granará y repita
idéntica labor, mientras visita
plantío similar, bajo la luna.
Los Angeles, 19 de septiembre de 2013