3458 - Exilio
La patria que adoptaron mis sentidos,
en la que penetraron mis raíces,
que compartió conmigo las felices
horas de audacia en éxtasis prohibidos,
me condenó al exilio. Desvalidos
vagan los sentimientos, aprendices
de un plan de vida en que las cicatrices
hacen causa común con los gemidos.
Me vio salir, sin rumbo ni equipaje,
con no sé qué promesa en su lenguaje
de futura amistad, hueca romanza.
No supo devolverme la armonía
que a su alma transmitió mi compañía,
y así en silencio voy, y en añoranza.
Los Angeles, 2 de octubre de 2013