3491 - Desarraigar
Llegaste a mí, galante jardinera,
y mi terreno, fértil, receptivo,
aceptó tu semilla y tu cultivo,
dejándose labrar a tu manera.
Fui fecundo. Llegó la primavera,
y se pobló el jardín de un expansivo
mar de aroma y color, y en él, cautivo,
flotó mi amor, fraguose mi quimera.
Y en el otoño, al advenir la triste
desnudez de los álamos, partiste,
dejándome el temblor de una sonrisa.
Ha llegado el invierno, lluvia y frío.
Y voy desarraigando este plantío
que nació, que murió, con tanta prisa.
Los Angeles, 14 de octubre de 2013