3545 - Castidad
Por camino de rosas, y de espinas,
avanza el arrebol de tu pureza;
luce blanca y etérea la belleza
sobre la faz que en timidez inclinas.
Te observan, al pasar, en las esquinas
hombres libidinosos, en torpeza
de mirada sensual, mas con tristeza,
y tu paso en huída, los marginas.
Hay en tu porvenir un caballero
para quien te reservas; su sendero
con el tuyo se habrá de entrecruzar.
Y haciéndose ambas sendas una sola,
jardín será en que se abra la corola
de la virtud que a él solo habrás de dar.
Los Angeles, 11 de noviembre de 2013