355 - Frente a frente
Doble por mí solemne tu campana
desperezando al valle su tañido,
y despierta hoy del sueño del olvido,
aunque te vuelvas a dormir mañana.
Mi voluntad en su quehacer se afana,
desangrada hacia un nuevo recorrido;
otórgame el instante a mí debido,
y partiré bajo la luz temprana.
¿Qué temor se disfraza en tu mensaje?
Especifica en diáfano lenguaje,
tus pretextos vestidos de razón.
Una vez más tus ojos en los míos,
aunque esta vez serenamente fríos,
y al marchar sellaré mi corazón.
Los Angeles, 18 de mayo de 2000