3550 - Ceguera
¿Y si un día, ya ciego, no te viera?
Se detendría el tiempo, y su mudanza,
y no envejecerías; qué alianza
de tu sueño y el mío, en la ceguera.
Te leería en braille, a la manera
del invidente que afanoso avanza
su tacto en los relieves, grácil danza
de dedos en tu piel de primavera.
Eterna juventud, siembra fecunda
sobre tu superficie, que me inunda
con los frutos de extática cosecha.
Oh, noche oscura, tan iluminada
que más que sombra es plácida alborada,
con el alma, de amar, casi deshecha.
Los Angeles, 12 de noviembre de 2013