357 - Mi río, mi torrente
Eres el río que incesante fluye,
límpida savia del costado herido;
mi vida llevas en tu recorrido,
vida, que al alejarte, de mí huye.
Te apresuras, torrente que destruye,
frenado por el valle sumergido;
tal vez tu flujo cambia de sentido,
y en anónimo mar al fin concluye.
De lágrimas nacida tu corriente,
del dolor arrancado a mi vertiente,
emergido de mí, ¿por qué te vas?
Este plañir de dolorido amante
no es porque marchas siempre hacia adelante,
es porque nunca miras hacia atrás.
Los Angeles, 23 de mayo de 2000