3589 - Bahía
Dice la tierra al mar: Entra en mi abrazo,
y amainando tu furia, balbucea
tu más gentil rumor, y burbujea
tu vaivén de oleaje en mi regazo.
Sólo por ti me abrí, y a ti me enlazo;
me acaricias, me lames, y azulea
más vivo tu color en la marea
que a mis arenas llega sin zarpazo.
¿Te irrita, acaso, la áspera acogida
del rudo acantilado, y tu embestida
es tal vez una forma de protesta?
No lo hallarás en mí, manso te espero.
Soy de amor, no de guerra, compañero,
a roce y suavidad siempre dispuesta.
Los Angeles, 2 de diciembre de 2013