359 - No me dejes dormir
No me dejes dormir, que el tiempo avanza,
privándome de ti, mientras dormido;
el sueño es la derrota del sentido,
mano tendida a lo que no se alcanza.
Mi inquieta imagen, que en tus ojos danza,
tu reflejo, en los míos sumergido,
resistirán el párpado caído
en persistente, extática alianza.
El ímpetu, el ardor, tienen su hora
que no siempre se extiende hasta la aurora,
hay momentos de lucha y de reposo.
Vela conmigo en seductor sosiego,
no me dejes dormir, que estaré ciego
y ajeno a tu atractivo luminoso.
Los Angeles, 26 de mayo de 2000