3612 - Boca
De ella viene el vocablo convincente,
el gesto invitador que se improvisa
en la complicidad de la sonrisa,
suya la oferta lúbrica, absorbente.
Nada conecta corazón y mente
con tal intensidad, y en su pesquisa
de pórtico de entrega, no precisa
sino del beso en humedad ferviente.
Me hablan tus ojos, y también me besan,
pero sólo tus labios me confiesan
en voz alta tus propios sentimientos.
Los escucho, y absorbo, y eslabono
al cerco de los míos, y fusiono
dos almas por dos órganos hambrientos.
Los Angeles, 8 de diciembre de 2013