395 - Celos del mar
“El mar, el mar, el mar”, me repetía
con el alma en los labios, insistente,
derramada su voz sobre el rompiente
de mis oídos, pleamar bravía.
Ambos sobre la roca, en la bahía,
ceñidos por el viento, frente a frente
de un azul infinito tan presente
que olvidó y olvidé su lejanía.
Pensé que esa llanura movediza,
cuya incansable danza tanto hechiza,
entre los dos podría interponerse.
Oh, no le mires, que en cada ola ofrece
un suspiro de amor que me entristece
por ver mi amor en el azul perderse.
Los Angeles, 19 de noviembre de 2000