447 - El recuerdo
Solo me voy, y en soledad te quedas,
parte integrante de la noche oscura;
el jinete del alma, en su armadura,
vine hacia ti por campos y veredas.
Y él, a esta pertinaz sombra que heredas,
una mitad nostalgia, otra amargura,
a lanzadas de luz volverá pura,
radiante claridad a la que accedas.
Mi recuerdo será quien te rescate,
sin tener que luchar otro combate
que el que deba librarte de mi olvido.
Yo también reñiré mi propia guerra,
pues si tu pensamiento me destierra,
cuanto tuvimos quedará perdido.
Madrid, 26 de abril de 2001