451 - Definitivo descanso
Al filo de la noche sigilosa,
abandonaste al fin nuestra ribera;
surcó sobre las aguas tu galera
a horizonte lejano en que hoy reposa.
Lenta, constante, a veces dolorosa,
mas llena de esperanza, fue la espera;
para ti ya esta tierra es extranjera,
al irte hacia la patria luminosa.
En sosegada placidez viviste,
y en visión de otro mundo que persiste
más allá de las olas y las nubes.
Las velas de tu nave ya son alas,
y ataviada en tus mejores galas,
al encuentro de Dios subes y subes.
Los Angeles, 8 de mayo de 2001